Existe una bestia llamada castor, un poco mayor que una liebre..., no es un animal doméstico, sino salvaje y se hacen con sus testículos medicamentos para usos varios. Cuando es perseguido por el cazador, y acosado hasta tal punto que ve que no puede huir, se apresura entonces a cortar tales órganos de un solo mordisco: de semejante guisa rescata su vida...los deja ante el cazador y éste no se lanza ni sigue persiguiéndole..., Así obran astutamente los hombres prudentes cuando les persigue el cazador..., ellos le arrojan al rostro lo que le pertenece, a saber, la fornicación, el adulterio y toda clase de pecado. Cuando el hombre se ha arrancado todo eso y se lo ha lanzado al diablo a plena cara, éste lo deja en paz, os lo garantizo.
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